miércoles, 17 de junio de 2009
domingo, 5 de abril de 2009
ALFREDO de VINCENZO
Alfredo de Vincenzo nació en 1921 en Sarandí Provincia de Buenos Aires. Hijo de
Natalio de Vincenzo, artista artesano que modelaba, traselaba y resolvía trabajos de ornamentación de frentes de edificios, su madre Eugenia Bunnet de origen francés.
Tras un período con varios empleos en oficinas de Avellaneda y Capital, comenzó a incursionar en el dibujo humorístico, colaborando en revistas y periódicos políticos ya estando en la Escuela de Bellas Artes 1939-1945. De esa actividad se destaca sus colaboraciones en la revista “Cascabel” de humor político de gran difusión en la primera época del peronismo. Su mejor trabajo consistió en una tapa en colores, donde insertó el cuadro de B. de Quirós “La Mazorca” con la imagen de Perón, se titulaba: a Dios rogando y con el mazo dando.
Así, con los dibujos humorísticos y publicitarios más algunos trabajos de diagramación de periódicos (El Patriota) fue solventándose sus estudios hasta finalizar la carrera.
Se recibe en 1946 de Profesor de Grabado en la Escuela Nacional de Bellas Artes "Prilidiano Pueyrredón".
Se traslada a Tucumán siguiendo al maestro Lino Spilimbergo.,atraido por su gran personalidad.
Reside en Tucumán desde 1948 hasta 1955. Es ayudante de cátedra de Victor Rebuffo
en el Departamento de Artes visuales de la Universidad , cuyo Rector era Guido Parpagnoli, Más adelante queda a cargo de la cátedra.
De 1950 a 1955 es Director de la Escuela Infantil de Artes Plásticas de la Provincia de Tucumán.
A su regreso a Buenos Aires obtiene una cátedra en la Universidad de La Plata.
Hacia 1963 dirige junto con Aída Carballo el boletín de grabadores “El gato negro” impreso en la Escuela Argentina de Artes Gráficas de La Boca.
En 1967 gana el Premio Braque, beca del gobierno de Francia que le permitió realizar tareas de investigación y experimentación sobre grabado en París.
Funda junto a Albino Fernández del “Club de la Estampa”.
Ejerce la docencia en las Escuelas Nacionales de Bellas Artes de Buenos Aires.
Desde 1969 hasta el final de su vida, sin interrupción dirige su taller particular especializado en la enseñanza e investigación de grabado.
Ha realizado 25 exposiciones individuales y más de 60 colectivas,
Desde 1950 participó de todos los Salones Nacionales, y Provinciales, así como en bienales internacionales.
Obtiene 26 distinciones entre las más importantes de la Argentina y en Bienales Internacionales.
Es autor de numerosas carpetas con grabados originales.
Sus obras integran las colecciones de importantes museos, fundaciones, bibliotecas especializadas y galerías de arte.
Alfredo de Vincenzo nació en 1921 en Sarandí Provincia de Buenos Aires. Hijo de
Natalio de Vincenzo, artista artesano que modelaba, traselaba y resolvía trabajos de ornamentación de frentes de edificios, su madre Eugenia Bunnet de origen francés.
Tras un período con varios empleos en oficinas de Avellaneda y Capital, comenzó a incursionar en el dibujo humorístico, colaborando en revistas y periódicos políticos ya estando en la Escuela de Bellas Artes 1939-1945. De esa actividad se destaca sus colaboraciones en la revista “Cascabel” de humor político de gran difusión en la primera época del peronismo. Su mejor trabajo consistió en una tapa en colores, donde insertó el cuadro de B. de Quirós “La Mazorca” con la imagen de Perón, se titulaba: a Dios rogando y con el mazo dando.
Así, con los dibujos humorísticos y publicitarios más algunos trabajos de diagramación de periódicos (El Patriota) fue solventándose sus estudios hasta finalizar la carrera.
Se recibe en 1946 de Profesor de Grabado en la Escuela Nacional de Bellas Artes "Prilidiano Pueyrredón".
Se traslada a Tucumán siguiendo al maestro Lino Spilimbergo.,atraido por su gran personalidad.
Reside en Tucumán desde 1948 hasta 1955. Es ayudante de cátedra de Victor Rebuffo
en el Departamento de Artes visuales de la Universidad , cuyo Rector era Guido Parpagnoli, Más adelante queda a cargo de la cátedra.
De 1950 a 1955 es Director de la Escuela Infantil de Artes Plásticas de la Provincia de Tucumán.
A su regreso a Buenos Aires obtiene una cátedra en la Universidad de La Plata.
Hacia 1963 dirige junto con Aída Carballo el boletín de grabadores “El gato negro” impreso en la Escuela Argentina de Artes Gráficas de La Boca.
En 1967 gana el Premio Braque, beca del gobierno de Francia que le permitió realizar tareas de investigación y experimentación sobre grabado en París.
Funda junto a Albino Fernández del “Club de la Estampa”.
Ejerce la docencia en las Escuelas Nacionales de Bellas Artes de Buenos Aires.
Desde 1969 hasta el final de su vida, sin interrupción dirige su taller particular especializado en la enseñanza e investigación de grabado.
Ha realizado 25 exposiciones individuales y más de 60 colectivas,
Desde 1950 participó de todos los Salones Nacionales, y Provinciales, así como en bienales internacionales.
Obtiene 26 distinciones entre las más importantes de la Argentina y en Bienales Internacionales.
Es autor de numerosas carpetas con grabados originales.
Sus obras integran las colecciones de importantes museos, fundaciones, bibliotecas especializadas y galerías de arte.
SU TALLER Y EL NUESTRO, cuna de nuestra formación
Primer Taller de Investigación y Experimentación de Grabado en la Argentina.
El taller de Alfredo de Vincenzo trabajó para el arte del grabado ininterrumpidamente desde 1969 hasta 2005. Fue el primero en la Argentina que se dedicó a la investigación y experimentación, y fue el primero en la utilización de la fotografía y el fotograbado junto al aguafuerte.
Los alumnos y ex-alumnos, han ganado, mientras estuvieron en el taller, más de 400 premios.
Continuando la trayectoria fuera del taller, ocho de ellos fueron distinguidos con el Gran Premio de Honor del Salón Nacional y Primer Premio del Salón Municipal.
El taller de Alfredo de Vincenzo trabajó para el arte del grabado ininterrumpidamente desde 1969 hasta 2005. Fue el primero en la Argentina que se dedicó a la investigación y experimentación, y fue el primero en la utilización de la fotografía y el fotograbado junto al aguafuerte.
Los alumnos y ex-alumnos, han ganado, mientras estuvieron en el taller, más de 400 premios.
Continuando la trayectoria fuera del taller, ocho de ellos fueron distinguidos con el Gran Premio de Honor del Salón Nacional y Primer Premio del Salón Municipal.
SUS ALUMNOS
Los alumnos y ex-alumnos, han ganado, mientras estuvieron en el taller, más de 400 premios.
Continuando la trayectoria fuera del taller, ocho de ellos fueron distinguidos con el Gran Premio de Honor del Salón Nacional y Primer Premio del Salón Municipal,
Ellos son: Maya Klipper, Zulema Petruschansky, Víctor de Pilla, Luisa Reisner, Mirta Ripoll, Angú Vázquez, Zulema Maza y Abel Bruno Versacci.
Los Expositores de la muestra en el Museo Nacional del grabado:
Jorge Abrego, Alberto Alén, Irma Amato, Elba Bairon, Irene Bogo, Mónica Casini,
Catalina Chervin, Yong Hwa Cho, María D´avola, Nélida Ferrari, Pablo Flaiszman, Marisa Gill, Néstor Goyanes, Angela Herrero, Maya Klipper, Zulema Maza, Clara Mazzini, Lía Moguilevsky, Cristina Gómez Moscoso, Lidia Paladino, Zulema Petruschansky, Víctor de Pilla, Mirta Ripoll, Silvia Rocca, Mara Sánchez, Anteo Savi, María Elena Sieburger, Susana Spicoli, Rosa Szwarcberg,
Angú Vázquez, Norma Villarreal, María Vera, Martha Zuik.
El recuerdo y homenaje a los talentosos Grabadores fallecidos:
José Rodrigo Beloso, Paulina Berlazky, Joyce Bollini, Margarita Galetar, Angélica Haymes, Ricardo Jara, Cora Massonneau, Lola Pintos, Egle Rossi, Roberto Gonzalez, Susana Julia Pubill, Daniel Brambilla, Manuela Pintos Tezanos, Abel Versacci, Bruno Venier, Leonor Laudari, Luisa Reisner y Bernardo Jesiot.
Continuando la trayectoria fuera del taller, ocho de ellos fueron distinguidos con el Gran Premio de Honor del Salón Nacional y Primer Premio del Salón Municipal,
Ellos son: Maya Klipper, Zulema Petruschansky, Víctor de Pilla, Luisa Reisner, Mirta Ripoll, Angú Vázquez, Zulema Maza y Abel Bruno Versacci.
Los Expositores de la muestra en el Museo Nacional del grabado:
Jorge Abrego, Alberto Alén, Irma Amato, Elba Bairon, Irene Bogo, Mónica Casini,
Catalina Chervin, Yong Hwa Cho, María D´avola, Nélida Ferrari, Pablo Flaiszman, Marisa Gill, Néstor Goyanes, Angela Herrero, Maya Klipper, Zulema Maza, Clara Mazzini, Lía Moguilevsky, Cristina Gómez Moscoso, Lidia Paladino, Zulema Petruschansky, Víctor de Pilla, Mirta Ripoll, Silvia Rocca, Mara Sánchez, Anteo Savi, María Elena Sieburger, Susana Spicoli, Rosa Szwarcberg,
Angú Vázquez, Norma Villarreal, María Vera, Martha Zuik.
El recuerdo y homenaje a los talentosos Grabadores fallecidos:
José Rodrigo Beloso, Paulina Berlazky, Joyce Bollini, Margarita Galetar, Angélica Haymes, Ricardo Jara, Cora Massonneau, Lola Pintos, Egle Rossi, Roberto Gonzalez, Susana Julia Pubill, Daniel Brambilla, Manuela Pintos Tezanos, Abel Versacci, Bruno Venier, Leonor Laudari, Luisa Reisner y Bernardo Jesiot.
martes, 17 de marzo de 2009
Grabar supone el fascinante y dramático dominio de la materia
Pareciera que el destino del hombre ha sido, es y será la lucha: siempre tiene delante de sí algo que vencer, algo que se le opone con gran tenacidad. Quizás sea ese el sentido de la vida, que da energía y sentido creador a sus búsquedas.
Hacer un grabado tiene idéntico postulado: la lucha.
Grabar supone el fascinante y dramático dominio de la materia: quien emprenda esa aventura debe estar preparado y ser consciente, que las mismas reglas de la vida rigen para el grabado. Luchar, luchar siempre, con fuerza y sin renuncios. La entrega debe ser total. Porque es insospechable la fuerza que opone una plancha de zinc: no se deja doblegar, no quiere participar, el artista debe apelar sus grandes reservas espirituales, a su tenacidad y a su fe. Hay que vencer grandes dificultades, cometer muchos errores, y son largas las jornadas de disciplina y concentración, de espera y cansancio siempre en procura de extraer del material algo más. Pero llega el momento en que el material dominado comienza a participar: entonces desencadena situaciones insospechadas, imprevisibles, que el artista debe aprender a manejar, a controlar y poner al servicio de lo que realmente busca. En ese momento estamos concretando la gran aventura. Estamos grabando. Estamos viviendo.
Pareciera que el destino del hombre ha sido, es y será la lucha: siempre tiene delante de sí algo que vencer, algo que se le opone con gran tenacidad. Quizás sea ese el sentido de la vida, que da energía y sentido creador a sus búsquedas.
Hacer un grabado tiene idéntico postulado: la lucha.
Grabar supone el fascinante y dramático dominio de la materia: quien emprenda esa aventura debe estar preparado y ser consciente, que las mismas reglas de la vida rigen para el grabado. Luchar, luchar siempre, con fuerza y sin renuncios. La entrega debe ser total. Porque es insospechable la fuerza que opone una plancha de zinc: no se deja doblegar, no quiere participar, el artista debe apelar sus grandes reservas espirituales, a su tenacidad y a su fe. Hay que vencer grandes dificultades, cometer muchos errores, y son largas las jornadas de disciplina y concentración, de espera y cansancio siempre en procura de extraer del material algo más. Pero llega el momento en que el material dominado comienza a participar: entonces desencadena situaciones insospechadas, imprevisibles, que el artista debe aprender a manejar, a controlar y poner al servicio de lo que realmente busca. En ese momento estamos concretando la gran aventura. Estamos grabando. Estamos viviendo.
Alfredo de Vincenzo
1994
1994
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